El problema de la reflectividad de los heliostatos se ve condicionado por las condiciones propias del desierto. El polvo en suspensión, el viento y los caminos sin tratamiento inciden en el grado de suciedad. Actualmente para el proceso utiliza un promedio de 100 litros de agua osmotizada por heliostato. Por otra parte, la maquinaria de limpieza se encuentra propensa a fallas por lo que es imperativo un sistema más eficiente en el uso del agua. La propuesta consiste en crear un robot de limpieza termográfico, con inteligencia artificial que permita desarrollar una gestión inteligente de los diferentes recursos al tener un mapa térmico de diagnóstico, focalizando el trabajo en sectores donde los valores de reflectividad son bajos, y de esta forma maximizar el flujo de agua, presión y cepillado, en las diferentes superficies dependiendo del nivel de suciedad.